El pasado viernes estuve en el Museo del Prado para ver la exposición temporal titulada Doce fotógrafos en el Museo del Prado.
Para empezar, el museo se encontraba en obras, por lo que gran parte del edificio estaba cubierto con lonas. Sin embargo, eso no me echó para atrás. Tampoco que eran las cuatro y media de la tarde y había una cola enorme a las puertas, cola enorme que tuve que esperar bajo la lluvia porque, sí, llovía y yo no contaba ni siquiera con un paraguas. Pero la espera mereció la pena. La entrada, como de costumbre, fue gratuita al enseñar el carnet de estudiante de la universidad.
Así, pues, tras dar un par de vueltas encontré el pequeño pasillo en el que se ubicaba la exposición que buscaba. Las fotografías enmarcadas se agrupaban en parejas, habiendo dos fotos por fotógrafo. Me gustó cómo cada uno trataba un tema distinto y se enfocaba en algo diferente a los demás; una representaba flores delicadas, otro paisajes contemplados a ras del suelo, otro el movimiento de dos bailarines, etc.
No hice fotos porque había un vigilante bastante serio que no me quitaba los ojos de encima, así que no me atreví a preguntarle si podía.
